Testimonio sobre la Ovodonación
Hola, soy Daniela, hoy tengo 46 años, pero este camino comenzó cuando tenía 42 años y con mi marido decidimos ser papás. Siempre creí que quedar embarazada era lo más fácil que podía existir, pero cuando tenía 26 años tomé la decisión de operarme para no tener hijos y a los 42 años me arrepentí y me di cuenta que quería ser mamá y empezó este largo camino.
Mi única opción era una in vitro, fui a una clínica de Santiago y me dijeron haremos una eco para ver cuántos folículos tienes y tenía dos!! Pensé maravilloso si necesito uno! Jamás el Dr me explicó la baja probabilidad que significaba tener dos folículos, me estimularon, crecieron, los sacaron, se transformaron en dos embriones, pero el estudio genético determinó que no eran viables. Ahí recién choqué con la realidad y entré en este mundo y en esta búsqueda de esperanza.
Perdí la cuenta de cuántas estimulaciones me hice, por cuántas clínicas pasé, cuántos llamados de la matrona para saber si algún embrioncito había llegado a quinto día, los resultados genéticos malos, todos mis embrioncitos eran inviables y el tiempo pasaba y mis óvulos cada vez eran más escasos y de peor calidad. Probé hasta la hormona del crecimiento para ver si funcionaba y nada. Hasta que un día después de mil intentos resultó!! Tenía un embrioncito bueno, lo implantamos y siii estaba embarazada, pero con una beta baja y la enfermera me dice tienes que repetir la beta para estar seguros y la beta creció, nuestra felicidad era máxima!! me sentía tan embarazada, hasta caminaba como pingüino!! Y vamos a la eco de las 9 semanas y mi guagua no tenía latidos… por primera vez sentí que mi estómago se caía a los pies, mire el techo y dije esto no puede ser verdad, mi marido apretó mi mano, contuvo todo su dolor para poder sostenerme a mi, salí de la clínica me subí al auto y llame a la clínica alemana, necesitaba otra ecografía a lo mejor había algo que este DR no vio… pero no había error… me dijeron espera a que expulses de manera natural a tu guagua, mientras eso no pasaba yo fui todos los días a la clínica alemana por una ecografía en busca de un latido pero no apareció y finalmente me sacaron mi guaguita. Es aquí cuando llego donde el Dr. Sergio Varela y después de explicarle por todo lo que habíamos pasado le digo ayúdame y me dice Dani no tiene sentido seguir intentando con tus óvulos, existe la posibilidad de ovodonación. Miré a mi marido, Sergio explicaba y yo dejé de escuchar y mi única preocupación era que pasaba si no tenía mi nariz!!!! Broma!! Cómo podía ser esa mi máxima preocupación!! Tristemente si lo era…cuando volví a escuchar a Sergio, estaban hablando de epigenética… ese día abracé a Sergio y le agradecí que fuera honesto conmigo…
En el auto le digo a mi marido que piensa y me dice esta decisión es tuya, la que renuncia a su 50% eres tú… leí una y otra vez todo lo que decía en que podría parecerse a mi y mi obsesión era que tendría mío, hasta que un día me quedo mirando a mis hermanas y pienso ninguna de las tres nos parecemos y ninguna nos parecemos a nuestros papás!!!
Ese día hablé con mi marido y le digo no me importa de quién sea el ovulo, lo único que me importa es que tendré en mi guata a nuestro hijo, yo sentiré sus patadas, yo lo alimentaré, seré la única que podrá sentirlo.
Pedí hora con Sergio y le dije estamos listos, busquemos a la Donante, ya no quería esperar, ya tenía la decisión tomada y quería ser mamá. Cuando busqué la donante, fue terrible, ninguna me gustó y recién ahí solté el tema físico y pensé que importa si la Donante se parece a mi o no, me interesa que sea sana, deportista y que sea estudiosa y la elegimos!!!
Se descongelaron los óvulos y logramos sacar dos embrioncitos!!! No podía creerlo!!! Solo dos!! Pero Sergio con tanta paciencia y sabiduría calmó mi ansiedad. El primer intento no resultó y quedaba el segundo que era el embrioncito de peor calidad, el con menor probabilidad, en ese momento le dije a Sergio por favor hagamos rápido esto para buscar otra donante y volver a intentar quedar embarazada, de verdad pensé que no iba a resultar.
Y me implantaron mi embrioncito al que le tenía cero fé y al día siguiente de la implantación me caigo por la escalera, no podía creerlo, no sabía cómo contarle a mi marido, lloraba por mi guagua y por el dolor del tremendo golpe que me di… angustiada y ya con cero esperanza hablo con Sergio y me dice tranquila si tiene que ser será, tu útero lo va a proteger y espere los 10 días y me hago la beta y no lo podía creer!! Estaba embarazada!! Y ese día comenzamos junto a mi gordita este camino de amor. Siempre busqué ver su carita en cada ecografía y no la mostró nunca hasta que nació.
Se que es una decisión difícil y que nace desde el amor más profundo y aunque sabes que el óvulo no es tuyo, cuando sientes sus patadas, cuando la ves en la eco, cuando la ves saltar porque tiene hipo, cuando sabes que está durmiendo o cuando está jugando, cuando le hablas y responde con una patadita, te das cuenta que es tu hija y si se parece o no se parece a ti, que importa, si lo único importante es que serás tú quien la sentirá en tu guata, serás tú quien le dará pechuga y la acurrucará para dormir, será a ti a quien le dirá mamá y será a ti a quien mirará con el amor más profundo, porque tú serás su persona favorita por siempre.
Sergio te agradeceré toda la vida por mostrarme el camino y por poner en el lugar preciso a mi gordita y a mi marido que me acompañó, me contuvo me sostuvo con amor en todo este proceso y hoy es el mejor papá del mundo.
Nuestra gordita hoy cumple un año.