Francisca Jeria, Embrióloga
Hoy la ciencia nos permite congelar óvulos, tratamientos de fertilidad, ser mamá mediante un banco de semen… son avances muy relevantes, pero que también nos acercan a un mundo más solitario, individualista, ¿contamos con cifras y datos duros de lo que pasa en Chile al respecto?
Efectivamente, es claro el aumento de los diferentes tipos de tratamientos de reproducción asistida en Chile durante los últimos años. Los últimos datos publicados por el Registro Chileno de Medicina Reproductiva en el 2009, muestran que en ese año se inició alrededor de 1400 tratamientos de fecundación in vitro en nuestro país. Hoy en día no hay datos actualizados publicados, pero la cifra debe ser cercana a unos 2500 ciclos. Con este aumento global de los tratamientos, también se ha diversificado el tipo de tratamientos a realizar, por ejemplo, se ha hecho mucho más frecuente los tratamientos con óvulos donados en pacientes que no pueden ser madres con sus propios óvulos (entre un 15% y un 30% del total de tratamientos), el congelamiento de óvulos en mujeres que requieren postergar su maternidad o están en tratamiento por un cáncer, y también los tratamientos en mujeres sin pareja o parejas homoparentales. En mi opinión, todos los centros en Chile deberían ser capaces de ofrecer todos los tipos de tratamientos, con la única limitación de los criterios médicos enfocados en la seguridad de los pacientes.
En base a las pacientes que acuden a nosotros para tratamientos sin pareja, no lo veo como una forma individualista de relacionarse con el mundo, sino más bien creo que tiene que ver con poder acceder a la posibilidad de ser madre incluso en las situaciones de vida distintas a las concepciones tradicionales. Me parece difícil ver la decisión de ser madre, como una decisión individualista.
¿Cuántas mujeres están congelando sus óvulos? ¿Hay cifras de qué porcentaje los utiliza posteriormente?
El número de mujeres que está congelando sus ovocitos, ha mostrado un progresivo aumento. Esto demuestra la toma de conciencia de parte de las mujeres del efecto de la edad sobre el potencial reproductivo, y por otra parte, refleja la toma de conciencia de parte de los equipos de tratamiento de cáncer que cada vez más incluyen la congelación de óvulos como parte de la toma de decisiones en tratamientos de cáncer en mujeres y varones en edad reproductiva.
Aún no existe un reporte oficial a nivel local sobre la frecuencia con la que las pacientes utilizan sus ovocitos congelados para conseguir un embarazo en el futuro.
De acuerdo a su experiencia, son decisiones que se toman en pareja o más bien tiene que ver con mujeres que están solteras? ¿Existe alguna historia, alguna paciente que le haya llamado la atención y nos pueda comentar de su situación?
En general, es una decisión fuertemente centrada en la mujer involucrada, independientemente de que se encuentre o no en una relación de pareja. La congelación de ovocitos permite que las mujeres se empoderen de su futuro reproductivo.
En relación a la congelación de óvulos en el contexto de un diagnóstico de cáncer, el congelar ovocitos para ser utilizados después de la quimioterapia y del seguimiento inicial, le transmite a las pacientes la convicción de que podrán mejorarse de su enfermedad. Les ayuda enormemente a poner la mirada en un futuro de salud y no en la enfermedad que las aqueja.
¿Estamos avanzados respecto a estos temas frente al resto del mundo y/o Latinoamérica?
Si miras las tasas de éxito de los centros en Chile y los comparas con el resto de Latinoamerica, te das cuenta que estamos en un buen nivel. Si te comparas con el resto del mundo, también estamos a la altura en cuanto a los tratamientos que se ofrecen en el país, pero es difícil hablar en global en materia de resultados no tenemos información publicada de los resultados de los diferentes centros chilenos. En mi experiencia, nuestra clínica ofrece todos los tratamientos a los que podría optar una pareja en cualquier lugar del mundo, y no tenemos nada que envidiar en cuanto a infraestructura y calidad de los tratamientos, a los más reconocidos centros a lo largo del planeta.
¿Cómo se relacionan estos temas con las leyes actuales en el país? ¿Funciona todo en medio de una legalidad adecuada?
En Chile no existe ninguna ley específica para los tratamientos de reproducción asisitida. Por lo tanto, los centros deben mirar lo que ocurre en el resto del mundo en esta materia. En nuestro caso, al ser parte de una red de clínicas de Estados unidos, tenemos como referencia la regulación existente en ese país, y las guías clínicas de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, American Society of Reproductive Medicine), altamente exigente en relación con los estándares de calidad y seguridad de los tratamientos.
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