La técnica para vitrificar ovocitos o congelar óvulos ha permitido un gran avance en cuanto a la planificación familiar. Es posible de esta forma tener hijos en momentos de la vida que garanticen los recursos o el tiempo necesarios para la crianza de hijos con responsabilidad. Para ello, lo que hace este método es colocar al alcance de la futura madre su propio banco de óvulos de calidad a pesar del avance del reloj biológico. Muchas mujeres, sin embargo, han acudido a consulta para preguntar: ¿Hasta qué edad puedo congelar mis óvulos?
Para la congelación de óvulos existen recomendaciones asociadas a la efectividad del proceso en términos de tasa de éxito sobre óvulos congelados. Así, a menor edad mayor probabilidad de lograr un hijo sano. La educación en salud reproductiva refleja que la edad óptima para congelarlos es entre 25 y 31 años, en virtud de que se logran mayor número de ovocitos de óptima calidad para la concepción. Sin embargo, las estadísticas reflejan que dicha decisión suele ser tomada por la mujer en su mayoría después de los 35 años. Esto sugiere que tal determinación corresponde a una madurez de las mismas en sus situaciones socioeconómicas. Una joven, por ejemplo, se ocupará menos del tema de congelar sus óvulos para una futura maternidad, pues sus expectativas se vinculan a menos responsabilidades y mayor libertad y desenvolvimiento social, estabilidad económica y jurídica. Para tomar la decisión de congelar los óvulos hace falta, como ya se ha visto, determinadas condiciones para que se tome esta decisión.
En cuanto a las técnicas de congelación, la de mayor efectividad y la usada actualmente es la vitrificación, ya que congela de forma inmediata el óvulo y no permite la formación de hielo en su interior. Como consecuencia, no afecta la célula garantizando su calidad en el tiempo. En el tratamiento criogénico es muy importante el tiempo en la congelación, ya que si el congelamiento es gradual la célula se afecta en la medida que responde a ese estímulo externo. En consecuencia, se busca que la capacidad de reacción disminuya en lo posible, y de esa forma no se altere la fisiología natural.
Se entenderá por consiguiente que la edad idónea para la congelación de óvulos en una mujer se condicionará a las características socio económicas imperantes en la sociedad donde se toma esa decisión. En ese orden de ideas, sería recomendable la divulgación del método a las generaciones sucesivas, de tal manera que las mujeres jóvenes adquieran esa conciencia de planificar su futuro reproductivo.
Estas situaciones, ya sea sociales, ambientales o económicas, determinarán en el futuro la elección del método de cómo una sociedad ha de reproducirse, donde la congelación de óvulos podría tener un destacado aporte. Se espera que la técnica de congelación aumente su calidad y eficacia con el transcurrir del tiempo, lo que nos conducirá a planteamientos relacionados a los movimientos demográficos y a los derechos individuales y de género.
Mientras eso ocurre, la respuesta a la pregunta «¿Hasta qué edad puedo congelar mis óvulos?» será la misma: idealmente entre los 25 y 31 años, edad en la cual se producen mayor cantidad de óvulos saludables para un embarazo normal.
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